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De Yahoo

San Juan, 15 abr (EFE).- La llegada de las abejas africanizadas a Puerto Rico ha provoca una caída de la producción de miel del 75 por ciento en el plazo de quince años y la pérdida de cientos de puestos de trabajo en la apicultura. Las abejas africanizadas llegaron a Puerto Rico a mediados de la década de los noventa, lo que dio lugar a un proceso de cruce con la europea que introdujeran los españoles hace 500 años en la isla caribeña y una caída de la industria de la miel. El director de la Escuela de Apicultura de Puerto Rico, Modesto Matías, señaló hoy a Efe que la consecuencia más importante de la llegada de esa variedad de abeja a la isla ha sido una caída en la producción de miel del 75 por ciento. "La caída se justifica por el hecho de que la abeja africanizada produce una menor cantidad de miel que la europea", explicó Matías, que recuerda que por ello Puerto Rico importa hoy cerca del 95 por ciento de la miel que consume. El experto subrayó además que cerca del 80 por ciento de la actual población de abejas de las isla son de tipo africanizada o asilvestrada, lo que dificulta la recuperación de la industria de la apicultura. Matías dijo que el proceso de africanización de las abejas en Puerto Rico ha tenido como resultado que hoy el número de apicultores en la isla no supere los 150, número insuficiente para atender la demanda del país. El director de la Escuela de Apicultura recordó que a mediados de los noventa, justo antes de la llegada de las abejas africanizadas, el número de apicultores se situaba en cerca del medio millar. "La llegada de la abeja africanizada significó un desastre para la producción", apuntó Matías, que recorre la isla con el fin de asesorar a los pocos apicultores todavía en activo en cómo mejorar las técnicas de producción. "Hay demasiadas abejas para muy poca flora y por lo tanto insuficiente alimento", recalca para explicar el problema que sufre Puerto Rico. El agrónomo y ex presidente de la Asociación de Apicultores de Puerto Rico, Gregorio Rivera, indicó por su parte que el proceso de deterioro de la industria apícola en Puerto Rico tuvo su punto culmen con la llegada de las abejas africanizadas, aunque el sector ya había recibido otros embates durante las pasadas décadas. Puerto Rico sufrió en la década de los sesenta una plaga de mosquitos que fue combatida con fumigaciones masivas que afectaron a las colmenas y al negocio de cientos de apicultores. A finales de los años ochenta, la Loque americana, enfermedad producida por el bacilo Paenibacillus larvae que afecta a las larvas de abeja, golpeó de forma virulenta a Puerto Rico. Las autoridades locales pusieron en marcha para su combate un plan de destrucción y quema de paneles que provocó la desaparición de 3.000 colmenas en toda la isla y del fin de la actividad de muchos apicultores. La Varroa, ácaro que produce la enfermedad denominada varroasis y ataca a las abejas, diezmó, de nuevo, a finales de los años noventa, a la ya muy castigada colonia de abejas, que tuvo que sufrir además el efecto de las africanizadas. Éstas, unas vez cruzadas con las locales de las isla, han mantenido un alto porcentaje de genes europeos, lo que ha moderado malos hábitos como el de no almacenar alimentos. Las africanizadas, ya hoy predominantes en Puerto Rico son, por tanto, más vulnerables a morir durante la época de lluvias y huracanes en las que escasea el alimento por la reducción de la flora. La Escuela de Apicultura trata de recuperar la producción de miel en Puerto Rico con orientación permanente a la cada vez más reducida población de apicultores del país. Las abejas africanizadas llegaron a Puerto Rico a mediados de la década de los noventa.